Enfermedad Celíaca

La Enfermedad Celíaca está ocasionada por una intolerancia permanente al Gluten, proteína presente en el trigo, la cebada, el centeno y la avena. Esta proteína causa, en determinados individuos predispuestos genéticamente, una lesión grave en la mucosa del intestino delgado, provocando una atrofia de las vellosidades intestinales, lo que determina una inadecuada absorción de los nutrientes de los alimentos: proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas.

Sus síntomas, suelen aparecer en niños, en un tiempo variable después de incorporar los cereales a su alimentación, aunque puede ser diagnosticada en cualquier edad. Los síntomas más comunes son:

  • Diarrea crónica.
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso o enlentecimiento de la curva ponderal.
  • Distensión abdominal.
  • Retraso en el crecimiento.

Habitualmente, estos sintomas mejoran de manera extraordinaria cuando se excluye de la dieta el trigo, el centeno, la cebada y la avena; el apetito de los niños reaparece y la absorción de grasas y otros nutrientes mejora, desapareciendo la diarrea.

En ocasiones, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando su diagnóstico. En el niño pueden darse solo signos y síntomas leves como ferropenia, aftas orales de repetición, alteración de la función hepática, trastornos del esmalte dentario, problemas neurológicos, etc. En el adulto, las formas atípicas y poco frecuentes de aparición de la enfermedad pueden incluir: osteoporosis, anemia, infertilidad tanto masculina como femenina, abortos de repetición, enfermedad tiroidea, etc.

El no seguimiento de una dieta estricta exenta de gluten aumenta el riesgo en estos pacientes de desarrollar procesos tumorales intestinales (sobre todo linfomas) y enfermedades autoinmunes como diabetes, tiroiditis, hepatitis, etc

La enfermedad celíaca la padecen individuos genéticamente predispuestos, por lo que puede haber más de un paciente celíaco dentro de una misma familia. Puede ser diagnosticada en cualquier momento de la vida.

Diagnóstico

El médico, habitualmente el pediatra, establece el diagnóstico de sospecha de Enfermedad Celíaca mediante un examen clínico cuidadoso y una determinada analítica en sangre (anticuerpos antigliadina, antiendomisio o antitransglutaminasa); después, es imprescindible realizar una biopsia intestinal para el diagnóstico de certeza. Dicha biopsia consiste en extraer, por sonda o endoscopia, una muestra de tejido del intestino delgado superior, para analizar si está o no dañado.

Para realizar esta prueba es imprescindible que no se haya retirado el gluten de la dieta, lo que originaría un enmascaramiento de la enfermedad y/o un retraso en el diagnóstico.

Tratamiento

El tratamiento de esta enfermedad es exclusivamente dietético, y consiste en la retirada del gluten de la alimentación, de forma estricta y para toda la vida.

Como pauta general, deben evitarse todos los productos a granel, los elaborados artesanalmente y los que no tengan una etiqueta detallada en la que se pueda comprobar el listado de los ingredientes y la ausencia de gluten

¿Qué en el gluten?

El gluten es una proteína presente en el trigo, cebada, avena y centeno. El pan, las galletas, las pastas alimenticias, etc., normalmente, se elaboran con trigo, y además éste se utiliza como ingrediente en muchos otros alimentos envasados y/o elaborados. También, el gluten es utilizado como excipiente de aditivos, preservador de la humedad, como barrera frente a la grasa, como excipiente de aromas externos, para evitar los procesos de oxidación, etc.

  • Alimentos que contienen gluten:

    • Pan, harina de trigo, cebada, centeno y avena.
    • Bollos, pasteles, tartas
    • Galletas, bizcochos y productos de repostería.
    • Pasta alimenticia (fideos, macarrones, tallarines)
    • Bebidas malteadas.
    • Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, whisky, agua de cebada, algunos licores.
    • Productos manufacturados en los que entre en su composición cualquiera de las harinas citadas y en cualquiera de sus formas: almidones, féculas, sémolas, proteínas, etc.
  • Alimentos que pueden contener gluten:

    • Embutidos: choped, mortadela, chorizo, morcilla, etc.
    • Productos de charcutería
    • Quesos fundidos
    • Patés diversos
    • Conservas de carne
    • Conservas de pescado en salsa
    • Caramelos y golosinas
    • Sucedáneos de café y otras bebidas de máquina
    • Frutos secos tostados con sal
    • Helados
    • Sucedáneos de chocolate
    • Colorante alimentario
  • Alimentos que no contienen gluten:

    • Leche y derivados: quesos, requesón, nata, yogures naturales y de sabores y cuajada.
    • Todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural, cecina, jamón serrano y cocido de calidad extra.
    • Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y mariscos en conserva al natural o en aceite.
    • Huevos.
    • Verduras, hortalizas y tubérculos.
    • Frutas.
    • Arroz, maíz y tapioca así como sus derivados.
    • Todo tipo de legumbres.
    • Azúcar y miel.
    • Aceites, mantequillas.
    • Café en grano o molido, infusiones y refrescos.
    • Toda clase de vinos y bebidas espumosas.
    • Frutos secos naturales y fritos (con o sin sal).
    • Sal, vinagre de vino, especias en rama y grano y todas las naturales.

Información elaborada por las Dras. Enriqueta Romám Riechmann y Mª Luz Cilleruelo - Servicio de Pediatría. Unidad de Gastroenterología - Hospital Severo Ochoa.